Los jugadores del Real Madrid festejaron con decenas de miles de aficionados en el centro de Madrid la victoria 4-1 ante el Atlético de Madrid en la final de la Champions League, que dio a los blancos su décima Copa de Europa.
De frente a Cibeles. El equipo merengue llegó sobre
de madrugada a la plaza de Cibeles, habitual lugar de celebración de
los blancos, hacia donde se abalanzaron los hinchas desde el estadio
Santiago Bernabéu y distintos puntos de la capital, en cuanto sonó el
pitido final del encuentro algo más de seis horas antes.
Fiesta por lo alto. Entre los gritos de sus
aficionados, que acompañaron el autobús descubierto en el que se
trasladaron, los jugadores se subieron a la pasarela montada alrededor
de la fuente de la diosa, saltando y agitando banderas de España y del Real Madrid.
Anhelada Décima. “¡Sí, sí, sí, la Décima ya está aquí!”, gritó el equipo, coreado por todo el público.
Capitanes y héroes. Sergio Ramos y el capitán Iker Casillas llevaron el trofeo hasta la diosa Cibeles, a la que el primero anudó una bandera del REal Madrid alrededor del cuello.
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